El pasado domingo recibimos nuestra primera cura de humildad de esta (pre)temporada. No merece la pena quedarse con lo malo, ya que tras solo dos días de entrenamiento no podíamos esperar un resultado inmediato.

Al descanso, el marcador reflejaba un 39-9 en nuestra contra (o algo por el estilo, sin acta mi memoria no da para tanto). No obstante, en la segunda parte dimos pequeños pasos que son los pueden llevarnos a ser quien queremos ser como equipo. Si a la intensidad le añadimos un poco de acierto en el tiro considero que nuestra inmensidad puede ser muy bonita de ver y así lo reflejó el parcial del tercer cuarto con 2-19 a nuestro favor.

A día de hoy somos todavía perdedores y bastante perdidos, pero la solución es tan lejana como fácil de conseguir: seguir todos el mismo camino.

Para terminar, y para desvariar un poco en la foto de este artículo podéis apreciar una de nuestras incorporaciones. El presi le tuvo pasando la mili muchos jueves de la temporada pasada, pero al final con su filosofía gratuita consiguió convencerlo.